Tiempo atrás, amábamos encontrar en la radio una banda nueva. Tal vez no era desconocida, pero al menos tú jamás la habías oído, y era probable que tus amigos tampoco. La metías en un CD, rellenabas el disco con mierda para no perder los 600 pesos que costaba, y la andabas trayendo en tu mochila, lista para saltar de mente en mente y revolucionar a todo el que estuviera dispuesto a probar algo diferente.
Ahora, no hay cosas diferentes. Hacer el esfuerzo de escarbar la radio -o YouTube, que resulta mucho más veloz- es casi en vano. Todo suena a algo, y ese algo estaba seguramente inspirado en uno más grande.
Además, son cada vez más escasos aquellos que siempre tienen el dato reciente de la banda que la rompe. No me refiero a los "eruditos" que leen la Zona de Contacto como guía para lo in y out, ni a los que se informan por Twitter y se creen que se las saben todas. Mucho menos, pienso en los que aseguran que vivimos un tiempo intenso de revolución musical. Hablo de esos que se quedaban hasta entrada la madrugada sintonizando radios locales, o los que se meten a páginas francesas a explorar emisoras hacia el infinito y más allá.
Los pocos que conocía, se han borrado del mapa. Anclados en sus afanes melómanos, ciclos interminables de autocompasión y sadismo musical. Un par de ellos, simplemente se metieron en rutinas fomes que los llenan, pero que suenan poco emocionantes para mí.
No sé, tal vez pensé que iban a ser rockeros en su propia ley. De esos que puedes escuchar por horas, y que los años los pueden volver más gordos, pero mucho más sabios. La verdad es que siguen sabiendo lo mismo, y todo lo nuevo lo homologan con lo que ya saben al revés y al derecho.
¿Es su culpa, por no querer saber más? ¿O es acaso que no hay nada nuevo que saber?
Me cuesta encontrar bandas motivantes y que tengan ese yo no se qué, que las hace entrañables, que causan pasión y dolor a la vez.
Es también posible que las nuevas bandas lo estén haciendo lo mejor que pueden, y que sencillamente, no baste. O que un grupo de chicos y chicas esté en algún hogar del mundo siendo mejor que todos en la historia de la humanidad. Todos pueden tocar hoy un instrumento, y todos pueden sonar a algo o alguien. Pero nadie provoca nada. Es un asco.
Los dejo con Silversun Pickups. No son nuevos, pero su talento compensa la demora. Me los presentó hace algún tiempo J.A., quien es el único que persiste en su cruzada del conocimiento para todos. Cheers para él.
Me cuesta encontrar bandas motivantes y que tengan ese yo no se qué, que las hace entrañables, que causan pasión y dolor a la vez.
Es también posible que las nuevas bandas lo estén haciendo lo mejor que pueden, y que sencillamente, no baste. O que un grupo de chicos y chicas esté en algún hogar del mundo siendo mejor que todos en la historia de la humanidad. Todos pueden tocar hoy un instrumento, y todos pueden sonar a algo o alguien. Pero nadie provoca nada. Es un asco.
Los dejo con Silversun Pickups. No son nuevos, pero su talento compensa la demora. Me los presentó hace algún tiempo J.A., quien es el único que persiste en su cruzada del conocimiento para todos. Cheers para él.
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