No son pocas las diferencias que Claudia tiene con la gran mayoría de nosotros. En primer lugar, ella proviene de la cuna de quienes representan la mayor amenaza a nuestra libertad y a quienes estamos combatiendo día a día. En segundo lugar, la chica ha estudiado en su vida mucho más de lo que todos nosotros combinados llegaremos a leer en nuestras vidas. Y finalmente, es capaz de planificar a gran escala y de ver los pequeños detalles de delicadas y complejas vías de escape y de ofensiva paramilitar, sin siquiera haber sido entrenada para aquello.
Sin embargo, en este momento, algunos dudan de ella. De su habilidad para sacarnos adelante en el tiempo más crítico de nuestra campaña. Los más viejos creen que su "condición" la imposibilita para seguir a la cabeza de nuestra rebelión, y probablemente tienen razón. Para ser honesto, creo que, en el fondo, es lo que ella más desea. Pero si bien Claudia tiene virtudes muy marcadas y defectos que en estos días se han acentuado por sobre sus capacidades, posee una cualidad que la dignifica y la destruye al mismo tiempo.
No sabe rendirse.
- Quiere seguir.
- Claudia no puede seguir. Lleva cuatro días sin dormir y es incapaz de ver la realidad tal como es.
- Realmente pienso como tú, pero ya sabes cómo es. Incluso en sus peores momentos, no va a dejar que la retiremos.
- Lo que me preocupa no es el ahora... Si la dejamos continuar, tendría que seguir sin medicarse. No sabemos lo que podría hacer si no la vigilamos, en un mal momento.
- ¿No existe alguna forma de que pueda tomar sus pastillas y estar bien para cuando lancemos el Plan Sydney?
- Oh, es que no es así como funciona. Claudia nunca podría estar a la altura de las circunstancias si toma su dosis diaria.
- Pero, es una chica genio, sabes. En toda mi vida, no conocí a alguien tan capaz de asimilar los problemas y darles una solución inmediata como ella.
- Créeme, la necesitamos en toda su capacidad, y para que eso pase, tiene que aguantar un poco más.
- Bien... ¿Qué haremos entonces para... ya sabes, evitar que algo malo pase?
- La mantendremos en un ambiente seguro.
- Está vigilada todo el día, sabes.
- No me refiero a eso. En estos momentos, ella es su peor enemiga.
- Pero... No creo que sea capaz, jamás la he escuchado decir algo así.
- Dudo mucho que la conozcas tan bien. Claudia... se ha encargado de que nadie se acerque tanto a ella.
- Prepararé una sala especial, entonces, para que vaya acomodándose.
- Sabes, ella llegó hace tan poco a vivir entre nosotros, y es la más leal a nuestra causa.
- Y es por eso que tenemos que protegerla. De sus propios instintos.
- Hablaré con Amelia. Tenemos que empezar a poner en marcha el Plan.
- Amelia es joven, e insegura. ¿Estás seguro que será capaz de preparar todo para el jueves?
- Tiene más fuerza de voluntad que todos nosotros juntos. Ella estará lista.
Björn cancela una palabra y guarda silencio. Mira hacia su derecha, vuelve a posar sus ojos sobre nuestra mesa de centro, y sonríe.
- Ella está bien. Siempre está bien.
- Lo sé, lo sé. Pero... después del jueves.
- Pasará lo que tenga que pasar. Cada uno de nosotros tomó el camino que le dictó el corazón.
- No quisiera encontrarme con ella... ese día, sabes.
- Björn... debes aceptar que los sacrificios que hemos hecho para llegar a este momento han sido mínimos, en comparación con las consecuencias de lo que podría ocurrir.
- Tú la amas, ¿no? ¿Cómo puedes vivir con tu conciencia tranquila, sabiendo que cada minuto que la tenemos con los ancianos discutiendo estrategias, su cordura la abandona para siempre?
- Claudia ama la libertad. Incluso si morimos, saldremos victoriosos. Lo demás es irrelevante.
- No tienes remedio, Roberto.
- Nunca he dicho que quiero estar sano. Je.
- Base al Mayor Tom.
- Toma tus proteínas y ponte tu casco.
- Comenzando la cuenta regresiva, motores encendidos.
- Revisando el contacto, y que el amor de los dioses esté contigo.
Sin embargo, en este momento, algunos dudan de ella. De su habilidad para sacarnos adelante en el tiempo más crítico de nuestra campaña. Los más viejos creen que su "condición" la imposibilita para seguir a la cabeza de nuestra rebelión, y probablemente tienen razón. Para ser honesto, creo que, en el fondo, es lo que ella más desea. Pero si bien Claudia tiene virtudes muy marcadas y defectos que en estos días se han acentuado por sobre sus capacidades, posee una cualidad que la dignifica y la destruye al mismo tiempo.
No sabe rendirse.
- Quiere seguir.
- Claudia no puede seguir. Lleva cuatro días sin dormir y es incapaz de ver la realidad tal como es.
- Realmente pienso como tú, pero ya sabes cómo es. Incluso en sus peores momentos, no va a dejar que la retiremos.
- Lo que me preocupa no es el ahora... Si la dejamos continuar, tendría que seguir sin medicarse. No sabemos lo que podría hacer si no la vigilamos, en un mal momento.
- ¿No existe alguna forma de que pueda tomar sus pastillas y estar bien para cuando lancemos el Plan Sydney?
- Oh, es que no es así como funciona. Claudia nunca podría estar a la altura de las circunstancias si toma su dosis diaria.
- Pero, es una chica genio, sabes. En toda mi vida, no conocí a alguien tan capaz de asimilar los problemas y darles una solución inmediata como ella.
- Créeme, la necesitamos en toda su capacidad, y para que eso pase, tiene que aguantar un poco más.
- Bien... ¿Qué haremos entonces para... ya sabes, evitar que algo malo pase?
- La mantendremos en un ambiente seguro.
- Está vigilada todo el día, sabes.
- No me refiero a eso. En estos momentos, ella es su peor enemiga.
- Pero... No creo que sea capaz, jamás la he escuchado decir algo así.
- Dudo mucho que la conozcas tan bien. Claudia... se ha encargado de que nadie se acerque tanto a ella.
- Prepararé una sala especial, entonces, para que vaya acomodándose.
- Sabes, ella llegó hace tan poco a vivir entre nosotros, y es la más leal a nuestra causa.
- Y es por eso que tenemos que protegerla. De sus propios instintos.
- Hablaré con Amelia. Tenemos que empezar a poner en marcha el Plan.
- Amelia es joven, e insegura. ¿Estás seguro que será capaz de preparar todo para el jueves?
- Tiene más fuerza de voluntad que todos nosotros juntos. Ella estará lista.
Björn cancela una palabra y guarda silencio. Mira hacia su derecha, vuelve a posar sus ojos sobre nuestra mesa de centro, y sonríe.
- Ella está bien. Siempre está bien.
- Lo sé, lo sé. Pero... después del jueves.
- Pasará lo que tenga que pasar. Cada uno de nosotros tomó el camino que le dictó el corazón.
- No quisiera encontrarme con ella... ese día, sabes.
- Björn... debes aceptar que los sacrificios que hemos hecho para llegar a este momento han sido mínimos, en comparación con las consecuencias de lo que podría ocurrir.
- Tú la amas, ¿no? ¿Cómo puedes vivir con tu conciencia tranquila, sabiendo que cada minuto que la tenemos con los ancianos discutiendo estrategias, su cordura la abandona para siempre?
- Claudia ama la libertad. Incluso si morimos, saldremos victoriosos. Lo demás es irrelevante.
- No tienes remedio, Roberto.
- Nunca he dicho que quiero estar sano. Je.
- Base al Mayor Tom.
- Toma tus proteínas y ponte tu casco.
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- Revisando el contacto, y que el amor de los dioses esté contigo.
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