Lamest Hits (v2.0 Beta)

Es increíble que después de tantos años aún cueste asumir verdades fundamentales de las relaciones interpersonales. Varios atorados en los mismos dilemas. En fin, creo que muchas veces creemos lo que queremos creer, cambiar nuestra realidad de forma antojadiza o desear que nuestros sueños se hagan realidad, lo que nunca ocurre.

Podríamos vivir al lado de nuestro amor eterno por siglos, y siempre desear una persona que tal vez existe, pero que rara vez vamos a encontrar. La idealizamos en base a nada, a cultura popular y clichés tan internalizados en nuestro inconsciente que nos sentimos soñadores, o qué se yo.

Llegar a los treinta y tantos y seguir quejándonos de nuestra suerte, compartiendo penurias con alguna chica o chico que siempre está ahí, recorriendo los mismos caminos, viviendo las mismas experiencias, es totalmente factible. Con quien saltaste un muro arrancando de la policía, te bañaste desnudo en una piscina ajena sólo por el placer de hacerlo, te vas todos los días al trabajo o jugaste rol desde la niñez. Ella sabe cómo se prepara tu café, cuántas veces te duchas a la semana, qué tipo de ropa interior usas o qué razón se esconde detrás de tu apatía hacia la política y religión.

Son personas que ven a través de nuestros discursos, porque conocen nuestro corazón. Ellos también tratan de vivir su realidad de la mejor forma en que pueden. Conocen gente por aquí y allá, se alegran y se desilusionan con igual frecuencia, y sus amigos o amigas les dicen que el mundo es como un océano y hay muchos peces más en él. Pero estás con alguien que parece perfecto en todo sentido, y te enfrentas de lleno a tus neurosis. Su forma de doblar la servilleta, de hacer la cama o de manejar. Y un día agridulce, sabes que no podrías estar más con él. Siempre lo sabes por pequeñeces. Y te bajas de su auto. Y llamas a tu amigo de siempre, que seguramente está haciendo nada, porque no tiene muchas aspiraciones en su vida y siempre has sido tú la que lo ha impulsado a hacer prácticamente todo. Pero él está allí en cinco minutos, te recoge y te lleva al trabajo. No sin antes taparte en bromas sobre tu nueva decepción amorosa.

Todos tenemos derecho a tener mejores amigos o amigas. Y podríamos tenerlos por toda la vida. Pero hay momentos de quiebre en que ya no puedes ser su amigo o amiga. Tienes dos opciones: huir y dejar atrás a la única persona en la historia del universo con la que podrías discutir el final de la última temporada de Lost y terminar hablando de las cosas más idiotas (pero que sin duda son las que quieres conversar), o enfrentar la realidad, tirar a la basura todos tus sueños y dar el paso siguiente.

Aunque lo más probable es que ella o él te digan que estás en un plano diferente, se asusten mucho, y no se sientan cómodos nunca más al lado tuyo. Traicionados en lo más profundo de su corazón, se alejan para nunca más volver y años después, mientras luchas contra tu pobreza y encuentras un par de billetes para tomar una cerveza (porque habías olvidado lo que era beber aquello, desde que ya no estaba ella o él para compartirla), alguien te dice "Antes que me preguntes, no, no la he visto. Pero supe que le está yendo muy bien, se casó y tiene un niñito. Está ganando buena plata y se compró un auto nuevo."

Y entonces piensas que todo tiene sentido. Aquello funcionaba tan bien porque eran sólo amigos, y los sueños de uno jamás serían semejantes a los del otro, aún cuando todo lo demás fuesen historias comunes. Tú seguirás culpando a otros de tu fracaso, de tu pobreza y tu confinamiento día a día a tu casa, que odias y en la que te sientes increíblemente solo y frustrado. Ya no está ella para llenar los espacios o rebatirte en tu tozudez. Él ya no puede hacerte ver el mundo de otra forma, ofrecerte alternativas o ayudarte a decidir.

Pocos somos como Zack y Miri, y terminamos fundando nuestra propia empresa de porno casero, felices y casados. Una inmensa mayoría simplemente tiene dudas, sabe que otros podrían amarla, por su forma de ser o porque es la única chica que entiende de temas que todas las demás rehuyen. Y es que no damos vuelta la cabeza sobre el hombro, y los amigos son los amigos y nada más. ¿Por qué arruinar los lindos momentos con sexo, o una compleja relación de insana dependencia? Soy libre, joven, bonita y estoy segura que tendré mejor suerte algún día.

A veces, el camino del éxito está pavimentado por amores secretos que han hecho nuestra vida más fácil desde el anonimato o la certeza de que jamás serán correspondidos y sólo quieren ver feliz a la persona que aman. Románticos incurables, que se dice que ya no quedan, pero están en todos lados. No quisiera inducir a la sicopatía ni a la paranoia, pero al lado podría estar lo que siempre has buscado. No mires mucho el envase, que a la larga todo se va a la basura. A tu amigo no le importa, porque te ha visto depilarte tantas veces como lavarte los dientes. No tienes que fingir ni buscar ser la más linda. Nada en el cosmos podrá superar jamás la alegría que él siente cuando te ve llegar, es como ese escalofrío antes de ponerse al lado de la estufa en invierno.

En fin, ya me aburrí de escribir. Me da lo mismo si lo anterior se entendió o no, lo curioso es que luego de tipearlo ya no tengo ganas de expresar nada más. Ahí se ven.