No es verdad que estaba plagado de personas vestidas de leñador. Sí había un mar de personas de diversa edad vestidas con poleras negras y de otros colores con los logos característicos de la banda de Seattle. Desde las 10 de la mañana, en la entrada principal del estadio San Carlos de Apoquindo, grupos de jóvenes reposaban bajo la escasa sombra, esperando que las puertas se abriesen para entrar a ocupar el lugar que esperaron durante catorce largos años. La verdad, es que la generación marcada por MTV que conoció a Pearl Jam por Ten y Versus ahora viste en su mayoría de terno y corbata, y esperaba ansiosamente las 4 de la tarde para inventar cualquier excusa para salir de la pega y ponerse la camiseta del Rock for Choice.
Pearl Jam no ha envejecido. Y si en algo lo ha hecho, ha sido en madurez musical y en sobriedad en los escenarios, pero no por ello menos espectáculo. No son una banda de gigantescas puestas en escena ni pantallas gigantes rodeadas de lásers. Ante la ineficiente labor de instalar las pantallas de apoyo para los cerca de 25.000 fanáticos y otros no tanto que atestaron la cancha y nos hicieron saltar como camarones a puros apretones, Pearl Jam salió al inundado escenario (porque las goteras sobraban en el escenario escuálidamente cubierto con una malla llena de hoyos que curiosamente se parecía mucho a la que se usó en Placebo) en medio del fervor de fans que desesperadamente trataban de llegar adelante.
No se puede hacer esperar a alguien 14 años y pretender que nada va a pasar...
Desde mi posición, 5 metros delante del escenario, el panorama era poco auspicioso para la supervivencia, pero una vez Vedder y compañía abrieron el show con una emotiva interpretación de Release, nada de eso importó. Coros de voces sincronizadas en un sólo grito que parecía no terminar jamás, contenido por más de una década, se alzaron entre lágrimas y la llovizna que comenzaba a caer suavemente sobre el estadio, y luego, con Corduroy, la masa dio rienda suelta al instinto. Una catarsis que me obligó junto a mi novia a salir rápidamente algunas filas hacia atrás. Sin embargo, el resto del concierto no perdió calidad ni euforia.
Viejos crack
El oficio de Pearl Jam se ha ido puliendo con el tiempo. Ya no son los mismos que saltaban sobre el público o se trepaban en los escenarios, pero saltan lo que pueden, se complementan como banda, juegan entre ellos, toman vino chileno y se entregan por completo en el escenario. Al grito de "Eddie, Eddie", en la segunda tanda el legendario líder de los reyes del grunge y únicos supervivientes agradeció a los teloneros Mudhoney (quienes estuvieron algo planos, pero impecables) y al público por estar desde tan temprano y por seguirlos y esperarlos durante tantos años, y se lanzaron con una interpretación magistral del clásico Go, para seguir con los hitos de su primer disco Ten y la inmensamente coreada en digno spanglish Better Man. El tercer bloque constó de un cover a los Ramones en que Eddie invitó a corear el nombre de la difunta banda de punk y un homenaje a The Who, para finalizar con uno de sus éxitos más grandes y jamás editado en un disco de estudio, Yellow Ledbetter.
Next time it won't be so long until we come back, I promess you that
Veintidós canciones tocadas en tres tandas. Temas clásicos, éxitos probados y un par de covers para fanáticos. Una promesa de volver y un grito que aún no se apaga. Y como hay que escucharlo para creerlo, incluso para los que fueron, pueden descargar el concierto en bootleg (por Bittorrent) desde aquí.
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2 comentarios
keep on rockin
el otro dia me reia de las publicaciones que hablaban de una banda en decadencia, que ya no vendia. seguramente los que lo digieron son los que enarbolan entre los nuevos clasicos rock sin contenido y con mucha parafernalia. para ellos no es un buen disco el riot act... cuando solo hay que escuchar can't keep para saber que se viene un discaso. la vieja escuela del rock and roll, con las converse rotas, las camisas leñadoras, el amor al vino y la critica constante aparecen como demasiado inentendibles frente a canciones pegajosas y faciles de escuchar. no digo que todo el mundo deba andar desconfiando todo el dia, y que todo paresca malo, pero la escencia del rock es mostrar el mundo tal cual es, sin adornos ni cliches de depresivos, interpretar sentimientos, y es eso lo que eddie vedder y su banda hacen cada vez mejor.
espero que el vino a destajo que toma eddie no le pase la cuenta, y asi poder seguir disfrutando de la mejor banda de rock viva. PoLo
Posted on viernes, febrero 12, 2010
Como le decía, para mí es como un nuevo comienzo, está lejos de ser el fin de una etapa, es como el comienzo de otra mucho más fuerte...
Yo nunca pensé que estuviesen en decandencia, pero sí que estaban más viejos, ahora pienso como dice usted, están mucho más maduros, y no menos.
Grande Pearl Jam! fue todo un suceso!
Posted on viernes, febrero 12, 2010
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