En menos de una semana, Estados Unidos abrió la puerta a abusos de proveedores de Internet a los usuarios e Inglaterra aprobó una ley inconclusa sobre actividad en la Red. Wilmarth repasa lo que hay que saber para defender la neutralidad de nuestra amada Internet y nuestro derecho a libre acceso.
Luego de días negros para la neutralidad de la Internet en el mundo, cabe preguntarse qué tanto sabe el usuario sobre la batalla que algunos caudillos libran incansablemente a través del globo para defender aquello que con tanta soltura utilizan cada día. Esa Red de redes que les permite estar leyendo este artículo aquí, o descargar películas a destajo.
Por este motivo, no está de sobra repasar lo básico, y revisar las repercusiones que los más recientes eventos sobre el tema están teniendo en Estados Unidos y, por supuesto, el caso latinoamericano.
Neutralidad Sí
La neutralidad en la Red no es otra cosa que el principio central que preserva una Internet libre y abierta. Invoca la no restricción de contenidos, sitios o plataformas, en los tipos de archivos que pueden ser incorporados, o las formas de comunicación permitida, toda vez que este flujo de información no es degradado sin razón en favor de otro tipo de tráfico de datos.
Quién mejor para explicarlo que Tim Berners-Lee, el creador de la World Wide Web:
De este modo, son los ISP (Internet Service Provider) quienes tienen la responsabilidad de tratar por igual todo el tráfico que circula por sus líneas, sin establecer ningún tipo de discriminación -positiva o negativa- en función de intereses comerciales o acuerdos con otras empresas, dejando que sea el usuario quien decida qué servicios utilizará.
Neutralidad Sí
La neutralidad en la Red no es otra cosa que el principio central que preserva una Internet libre y abierta. Invoca la no restricción de contenidos, sitios o plataformas, en los tipos de archivos que pueden ser incorporados, o las formas de comunicación permitida, toda vez que este flujo de información no es degradado sin razón en favor de otro tipo de tráfico de datos.
Quién mejor para explicarlo que Tim Berners-Lee, el creador de la World Wide Web:
"Si pago para conectarme (a Internet) con una cierta calidad de servicio, y tú pagas para conectarte con esa o con una calidad de servicio superior, entonces podemos comunicarnos a ese nivel. Eso es todo. Corresponde a los proveedores de acceso asegurarse que todo funcione de tal modo que eso ocurra. La Neutralidad de Internet no es pedir que sea gratis. La Neutralidad de Internet no es decir que uno no debería pagar más dinero por un servicio de alta calidad. Siempre lo hemos hecho, y siempre lo haremos."
De este modo, son los ISP (Internet Service Provider) quienes tienen la responsabilidad de tratar por igual todo el tráfico que circula por sus líneas, sin establecer ningún tipo de discriminación -positiva o negativa- en función de intereses comerciales o acuerdos con otras empresas, dejando que sea el usuario quien decida qué servicios utilizará.
En perspectiva, la neutralidad de la Red es la razón por la cual Internet ha liderado la innovación económica, la participación democrática y el libre discurso online. Protege los derechos del consumidor a usar cualquier equipo, contenido, aplicación o servicio sin interferencia del ISP (el cual, en un parámetro de neutralidad, sólo tiene la función de mover datos, no elegir qué clase de datos privilegiar con mayor calidad de servicio).
Neutralidad No
Siendo la neutralidad de Internet una de sus propiedades principales desde su concepción, es lógico preguntarse la razón por la cual alguien querría terminar con este principio que a todos favorece. Y, como en toda historia desde comienzos de la raza humana, aquí hay villanos. De esos que quitan cosas a la gente para beneficio propio.
Un día, las grandes compañías de telefonía y cableoperadores del mundo se dieron cuenta que controlaban el mundo moderno tal como lo conocemos. Frente a esta revelación, se vieron enfrentados a una sabrosa dicotomía: actuar como protectores de los derechos de los usuarios y permitir que la comunicación a través de estas vías se efectuase de foma libre y abierta, o edificar restricciones para el contenido al que podía acceder el usuario, la velocidad con que podia hacerlo y la cantidad de tiempo que duraría este proceso. Como eran tiempos diferentes, en que Internet surgía desde el mundo universitario, las grandes casas disqueras vendían CDs a destajo y los gigantes multimedia hacían taquilleras cintas cataclísmicas y sobre alienígenas, todo estuvo en paz. Por un tiempo.
Cuando Internet superó en relevancia a todas las otras formas de comunicación digital que conocemos, el mercado volteó los ojos hacia este espacio aparentemente desregulado, donde toda la información fluía sin mayor control en un espacio virtual estructurado como una red. La música era descargada a granel en formatos cómodos y portables, la telefonía funcionaba gratuitamente a través de software liberado de licencias, y la mensajería instantánea reemplazaba con velocidad a los memorándum y SMS por celular. Las grandes empresas empezaron a perder dinero y, luego de decenas de fallidos intentos por entender y lucrar con el funcionamiento de Internet, reaccionaron como todo ignorante haría en su frustración: si no puedo entenderlo, entonces lo prohibo.
Así, sobrevinieron numerosos y bullados juicios y demandas a través del mundo por violación de derechos de autor, justificando la posición de las empresas hacia una regulación del acceso al contenido presente en Internet. Sin embargo, todavía estaba el problema de recuperar las pérdidas por la "piratería"; la estrategia, como siempre ocurre en estas historias, sería intentar modificar el comportamiento del usuario. Por las buenas o por las malas.
Las compañías de telefonía, cableoperadores y proveedores de Internet fusionaron sus ofertas, y crearon los "maravillosos" planes triples de servicios; el truco estaba en monopolizar el acceso de un hogar a la virtualidad de las comunicaciones modernas, y desde ese sitial privilegiado remover contenidos o canales (televisión por cable), limitar los minutos de telefonía mensual de un hogar y controlar su tipo de acceso (teléfono fijo) y seccionar la oferta de velocidades de Internet en tramos. Hasta ahí, simplemente una estrategia de mercado con la que podemos o no estar de acuerdo. Pero algo raro pasaba con Internet, y los usuarios no tardaron mucho en notarlo.
Si bien muchos pagaron extra por planes de servicios que ofrecieran mejor calidad de conexión e inmediatez, por alguna razón ciertos sitios Web cargaban más rápido que otros, o simplemente no cargaban. El origen de esta anomalía estaba en los ISP, quienes "secretamente" buscaban ingresos extra por medio de cobros adicionales a los proveedores de contenidos para garantizar cierta velocidad en el acceso a sus datos. Evidentemente, esto iría en favor de sus propios motores de búsqueda, servicios de telefonía por Internet y video en streaming, a la vez que disminuirían la calidad de servicio de su competencia.
En este nuevo escenario, la mejor calidad de servicio no sólo estaba reservada a las prestaciones ofrecidas por el ISP, sino también a quienes podían pagar por esas expeditas vías de transmisión de datos. Mientras eso ocurría, los efectos colaterales los vivíamos -y seguimos experimentando- los usuarios.
Planeta neutral
El profesor de Derecho de la Universidad de Columbia Tim Wu comenzó, en 2003, a hablar de la neutralidad en la Red como concepto a regular en el Congreso estadounidense, y el debate se extendió a los cableoperadores, ISP y empresas de telefonía; sin embargo, los gigantes de los medios de comunicación ignoraron el tema y recién en 2006 esbozaron algunas ideas sobre él. Numerosas compañías con base comercial en Internet se mostraron a favor de la neutralidad, entre ellas Google, Yahoo!, Ebay, Amazon e incluso Microsoft.
Neutralidad No
Siendo la neutralidad de Internet una de sus propiedades principales desde su concepción, es lógico preguntarse la razón por la cual alguien querría terminar con este principio que a todos favorece. Y, como en toda historia desde comienzos de la raza humana, aquí hay villanos. De esos que quitan cosas a la gente para beneficio propio.
Un día, las grandes compañías de telefonía y cableoperadores del mundo se dieron cuenta que controlaban el mundo moderno tal como lo conocemos. Frente a esta revelación, se vieron enfrentados a una sabrosa dicotomía: actuar como protectores de los derechos de los usuarios y permitir que la comunicación a través de estas vías se efectuase de foma libre y abierta, o edificar restricciones para el contenido al que podía acceder el usuario, la velocidad con que podia hacerlo y la cantidad de tiempo que duraría este proceso. Como eran tiempos diferentes, en que Internet surgía desde el mundo universitario, las grandes casas disqueras vendían CDs a destajo y los gigantes multimedia hacían taquilleras cintas cataclísmicas y sobre alienígenas, todo estuvo en paz. Por un tiempo.
Cuando Internet superó en relevancia a todas las otras formas de comunicación digital que conocemos, el mercado volteó los ojos hacia este espacio aparentemente desregulado, donde toda la información fluía sin mayor control en un espacio virtual estructurado como una red. La música era descargada a granel en formatos cómodos y portables, la telefonía funcionaba gratuitamente a través de software liberado de licencias, y la mensajería instantánea reemplazaba con velocidad a los memorándum y SMS por celular. Las grandes empresas empezaron a perder dinero y, luego de decenas de fallidos intentos por entender y lucrar con el funcionamiento de Internet, reaccionaron como todo ignorante haría en su frustración: si no puedo entenderlo, entonces lo prohibo.
"¿Qué es lo que hace a un hombre neutral? ¿El oro? ¿El poder? ¿O acaso ya nace con el corazón rebosante de neutralidad?" Zapp Brannigan, Futurama.
Oferta seccionada de servicios |
Las compañías de telefonía, cableoperadores y proveedores de Internet fusionaron sus ofertas, y crearon los "maravillosos" planes triples de servicios; el truco estaba en monopolizar el acceso de un hogar a la virtualidad de las comunicaciones modernas, y desde ese sitial privilegiado remover contenidos o canales (televisión por cable), limitar los minutos de telefonía mensual de un hogar y controlar su tipo de acceso (teléfono fijo) y seccionar la oferta de velocidades de Internet en tramos. Hasta ahí, simplemente una estrategia de mercado con la que podemos o no estar de acuerdo. Pero algo raro pasaba con Internet, y los usuarios no tardaron mucho en notarlo.
Si bien muchos pagaron extra por planes de servicios que ofrecieran mejor calidad de conexión e inmediatez, por alguna razón ciertos sitios Web cargaban más rápido que otros, o simplemente no cargaban. El origen de esta anomalía estaba en los ISP, quienes "secretamente" buscaban ingresos extra por medio de cobros adicionales a los proveedores de contenidos para garantizar cierta velocidad en el acceso a sus datos. Evidentemente, esto iría en favor de sus propios motores de búsqueda, servicios de telefonía por Internet y video en streaming, a la vez que disminuirían la calidad de servicio de su competencia.
En este nuevo escenario, la mejor calidad de servicio no sólo estaba reservada a las prestaciones ofrecidas por el ISP, sino también a quienes podían pagar por esas expeditas vías de transmisión de datos. Mientras eso ocurría, los efectos colaterales los vivíamos -y seguimos experimentando- los usuarios.
Planeta neutral
El profesor de Derecho de la Universidad de Columbia Tim Wu comenzó, en 2003, a hablar de la neutralidad en la Red como concepto a regular en el Congreso estadounidense, y el debate se extendió a los cableoperadores, ISP y empresas de telefonía; sin embargo, los gigantes de los medios de comunicación ignoraron el tema y recién en 2006 esbozaron algunas ideas sobre él. Numerosas compañías con base comercial en Internet se mostraron a favor de la neutralidad, entre ellas Google, Yahoo!, Ebay, Amazon e incluso Microsoft.
"La neutralidad de la Red es el principio que dicta que los usuarios de Internet deben tener control sobre qué contenido ven y qué aplicaciones usan en Internet. La Internet ha operado de acuerdo a este principio de neutralidad desde sus primeros días... Fundamentalmente, la neutralidad de la Red se trata sobre igualdad de acceso a Internet. Nuestra visión es que los proveedores de ancho de banda no deberían estar facultados de usar su poder de mercado para discriminar aplicaciones o contenido de la competencia."
Guía para la Neutralidad en la Red para usuarios de Google.
La belga Tania Derveaux apoya la Neutralidad |
Hoy, esas promesas parecen olvidadas. Un reciente dictamen de la Corte de Apelaciones del país del Tío Sam negó a la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones, agencia gubernamental estadounidense encargada de regular las comunicaciones por radio, televisión, cable y satélite) la autoridad para exigir al proveedor de Internet Comcast un servicio igualitario para todos sus clientes. Este fallo resuelve la disputa que desde 2007 la FCC sostenía con dicho ISP, luego de haberlo multado por la decisión de la empresa de limitar la velocidad de acceso a la Red de aquellos usuarios que utilizaran sistemas de intercambio de archivos en redes p2p (peer to peer).
El hecho es relevante pues abre la puerta a que otros proveedores de servicios en línea puedan flanquear las regulaciones de la FCC en dos prácticas tristemente populares: el throttling o reducción de velocidad a discreción del proveedor de acuerdo al tipo de tráfico que mantenga, y las cuotas de datos para los usuarios o fraccionamiento de la cantidad de datos a la que pueden acceder o descargar para así cobrar cargos adicionales si se exceden en el límite prefijado (algo a lo que seguramente quienes se conectan a Internet desde dispositivos móviles están adecuados, pero todavía ajeno para los usuarios domésticos). Esto, sumado al ya conocido traffic-shapping o priorización de flujo de ciertos datos frente a otros (por ejemplo, mayor prioridad en la carga de sitios Web versus la ralentización de descargas directas o similares).
Los defensores de las restricciones al contenido que pulula en Internet también han esgrimido argumentos poderosos. Uno de los principales refiere a la incapacidad (o falta de intención) de agencias reguladoras como la FCC o sus símiles a través del mundo para investigar las conductas de los usuarios en la Red y así frenar la piratería o las redes de tráfico de pornografía infantil. El organismo estadounidense ha expresado su desaprobación a prácticas de control de IP y de contenidos visitados por los usuarios, como medida para detectar delitos en su génesis, pues viola directamente el derecho a libertad en la navegación por la Red y el principio de la neutralidad. Actualmente, se está legislando apresuradamente en algunos países para combatir las "descargas ilegales" y las leyes quedan abiertas y ambiguas, careciendo de medidas para asegurar el crecimiento de la sociedad de la información y la regulación debida de las descargas digitales.
Neutralidad al sur del mundo
El debate está muy lejos de terminar. En Venezuela, Hugo Chávez promueve junto a su gobierno modificaciones a las libertades civiles para acceder y generar contenidos en Internet, amparado en que no permitirá la difamación de su gestión por "enemigos de la patria". Culpando, como siempre, al Imperio. Obviamente, sus amenazas han tenido férrea oposición.
En Chile, el progreso es lento y poco productivo, pero constante. Organizaciones no gubernamentales se han encargado de portar el banderín de la neutralidad no sólo en debates y foros a través de Internet, sino también en el Congreso. Específicamente, el 27 de octubre de 2009 se llevó a cabo una sesión de la Comisión Unida de Transportes y Telecomunicaciones con Economía, en la cual se discutieron las modificaciones propuestas para el proyecto de Neutralidad en la Red, con presencia de la Asociación de Proveedores de Internet (API) y representantes de Liberación Digital y Neutralidad Sí. El senador Guido Girardi señaló en la ocasión:
Sin embargo, el agua ahora no se mueve por la neutralidad. La contundente derrota de las libertades de acceso de los usuarios a Internet días atrás en Estados Unidos podría abrir las heridas y recrudecer el debate, por lo que más que nunca conviene estar informados y listos para el debate. Si eres chileno, apoya la lucha por la neutralidad con este banner:
En Chile, el progreso es lento y poco productivo, pero constante. Organizaciones no gubernamentales se han encargado de portar el banderín de la neutralidad no sólo en debates y foros a través de Internet, sino también en el Congreso. Específicamente, el 27 de octubre de 2009 se llevó a cabo una sesión de la Comisión Unida de Transportes y Telecomunicaciones con Economía, en la cual se discutieron las modificaciones propuestas para el proyecto de Neutralidad en la Red, con presencia de la Asociación de Proveedores de Internet (API) y representantes de Liberación Digital y Neutralidad Sí. El senador Guido Girardi señaló en la ocasión:
"Yo creo que después de escuchar esta última intervención (de Miguel Moya, presidente de la API), es necesario tener una ley que regule porque aquí hay una situación, yo diría, bastante escandalosa; se ofrecen determinados productos y esos productos no tienen la prestación que la gente está pagando [...] hoy hay una absoluta anarquía, tierra de nadie, sin ningún tipo de control [...]"
Sin embargo, el agua ahora no se mueve por la neutralidad. La contundente derrota de las libertades de acceso de los usuarios a Internet días atrás en Estados Unidos podría abrir las heridas y recrudecer el debate, por lo que más que nunca conviene estar informados y listos para el debate. Si eres chileno, apoya la lucha por la neutralidad con este banner:
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1 Comment
Excelente resumen, es ahora cuando el debate está encendido. Los monopolios de cine, televisión y música están presionando para tomar el control, demandando a diestra y siniestra a personas que se atrevan a compartir archivos con "copyright", el problema radica no sólo en la censura online, sino como se debe cambiar el pensamiento económico de cada una de esas enormes corporaciones, acostumbradas a tener el poder, el control y el dinero. Cerrar una página P2P será abrir dos más. Esto de concluir mal, podremos todos quedar sin conexión....oscurantismo señores, oscurantismo...
Posted on sábado, abril 10, 2010
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